La ciencia consiste en gran medida en descubrir y comprender lo que está escondido, lo invisible, lo desconocido. Ante nosotros se abre una titánica tarea, puesto que se estima que más del 90% de la materia y la energía que hay en el Universo nos es aún desconocida. Dentro de esta gran parte del Cosmos que aún no comprendemos deberíamos definir en primer lugar qué es la materia oscura, algo que, según los expertos, compone aproximadamente un 20% de la masa de todo el Universo.
Esta extraña clase de materia no se deja ver, ya que no emite la mínima radiación electromagnética para que podamos detectarla. Esto significa que, al no emitir luz, calor, rayos X o cualquier otra radiación, los astrofísicos tienen grandes dificultades para encontrarla.
Sin embargo, sabemos que existe y podemos detectarla mediante otros procedimientos. No podemos ver esta materia oscura, pero sí podemos medir sus efectos gravitatorios en relación a otros cuerpos.
Por poner un ejemplo y simplificar la cuestión, imaginad que estáis totalmente a oscuras en una habitación tumbados en una cama. Aunque no podáis ver nada sí podréis saber si alguien se sienta junto a vosotros, puesto que, a pesar de no poder verlo, notaríais el efecto de su peso en el colchón.
De esta manera los científicos descubrieron en la década de los años 30 del siglo pasado que existía una especie de "materia invisible" que interactuaba con los objetos celestes y que ejercían gravedad sobre ellos.
No obstante, y a pesar de que podemos medir con una razonable precisión sus efectos en las galaxias y en los cúmulos de galaxias, actualmente poco o nada sabemos de esta materia oscura, de su composición o de su origen.
Lo que sí podemos decir con certeza es que esta sustancia misteriosa e invisible es mucho más masiva que la masa "ordinaria" que sí podemos ver, y que además es un componente presente en el Universo y esencial en la formación de las galaxias o como responsable de mantenerlas unidas.
También sabemos, gracias a una reciente investigación publicada esta semana en la Revista Monthly Notices de la Royal Astronomical Society, que habíamos subestimado la presencia de esta materia debido a que es mucho más abundante de lo que creíamos y que, además, no se trata de algo distante y lejano, ya que podemos encontrarla masivamente en nuestro propio vecindario.
Un equipo multidisciplinar de astrónomos de la Universidad de Zurich, la Universidad de Leicester y el NAOC de Pekín ha descubierto grandes cantidades de materia oscura alrededor de nuestro Sol.
La investigadora principal del estudio, Silvia Garbari, estima con un 99% de fiabilidad que nos encontramos ante una cantidad de materia oscura mucho mayor de lo previsto en los modelos teóricos, algo que podría significar la primera evidencia de un disco mucho mayor de materia oscura alrededor de nuestra galaxia.
La influencia de este tipo de materia invisible en la formación de las galaxias es algo que, hasta el momento, solo se sabía mediante simulaciones matemáticas por ordenador. El descubrimiento de esta semana podría ser el primer paso para confirmar definitivamente estas teorías y modelos sobre el origen y evolución de las galaxias.