A pesar de los consejos que Chicote llevó a cabo en el restaurante El Castro de Lugo durante la emisión de `Pesadilla en la cocina´ del pasado jueves, el dueño del local ha tirado la toalla.
El restaurante que resultó ser un foco de insalubridad y suciedad y que puso los pelos de punta al mismísimo Alberto Chicote ha resultado un bluff televisivo. Antes de la emisión del programa ya se conocía el destino de este restaurante cuyo dueño no supo sacarlo a flote. Su falta de compromiso y autoridad con los trabajadores y con su propio negocio, hicieron que El castro de Lugo echara el cierre días antes de que el equipo de `Pesadilla en la cocina´ llegara a grabar el programa.
Aún así, se convirtió en la emisión más vista en la historia de LaSexta con una media de 3.010.000 espectadores. Y es que suponemos que para Chicote y su equipo no fue fácil enfrentarse a tamaña hazaña. El restaurante lucía como un verdadero estercolero que hizo vomitar al famoso chef. Ni los consejos ni ayuda de éste pudieron frenar el destino de este restaurante que ha terminado traspasado a otro dueño y finalmente se convertirá en una cervecería. El dueño del restaurante, Óscar, aprovechó las reformas que gracias al programa se hicieron en su local para poder traspasar el negocio. Un maniobra muy ágil por parte de un empresario acosado por las deudas.
El problema de El Castro de Lugo residía en la cocina. Chicote se encontró con un verdadero problema al toparse con la cocina más sucia que había visto en toda su carrera. La grasa inundaba todo y la comida se amontonaba en la nevera llegando a la putrefacción. Este capítulo de `Pesadilla en la cocina´ supuso todo un reto para el equipo, que a pesar de los esfuerzos no consiguieron convertir a El Castro de Lugo en un restaurante decente. Los comensales lo hubieran agradecido.
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)












No hay comentarios :
Publicar un comentario