Ya está a la venta el iPhone 5 y ya andan por la red multitud de fotos de las colas y las caras de felicidad de los fanboys que ya tienen la última novedad de la compañía de la manzana en sus manos. Pero los focos están esta vez en la nueva aplicación de mapas: muchos de los datos cartográficos provienen de la empresa de navegación GPS Tom Tom, pero Apple, así como otros clientes (Google entre ellos), tienen que trabajar para presentar una aplicación final a los usuarios. Y en este caso el resultado lleva a disparates como que el río Ebro esté en Zaragoza, como ha contado El País; que Berlín está en la Antártida, que la Picadilly Circus no sea como se le conoce, estaciones que desaparecen, direcciones imposibles de encontrar... o el aeropuerto de Irlanda en una granja. Páginas como Theamazingios6maps.tumblr.com se están dedicando a recopilar errores.
La compañía californiana Apple ha pedido paciencia y comprensión a sus usuarios decepcionados con su nueva aplicación de mapas que, según constatan los analistas, ofrece un servicio inferior a la de Google que hasta ahora estaba disponible en sus dispositivos. La versión iOS 6, según este gigante informático, incluye 200 mejoras con respecto a iOS 5.











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