Labios rojos, pelo ondulado, tacones altos… podría ser la descripción de cualquier actriz de los años 30 o principios de los 40, pero también son tendencias que se pueden ver en las pasarelas, la publicidad y las calles de este 2012. La moda, al igual que la economía, se compone de ciclos que parecen repetirse, y según algunos todo está interrelacionado. Como apunta en su blog la corresponsal de RNE en Washington, Dori Toribio, estos días, en Estados Unidos se habla de barras de labios, exactamente del “Índice del Pintalabios”. Se basa en la teoría de Leonard Lauder, ex presidente de la firma Estée Lauder, según la cual las ventas de maquillaje aumentaban a las puertas de una crisis. Sucedió, según los registros de Lauder, en la Gran Depresión, y se repitió tras el 11S, en 2011. Ahora la multinacional ha incrementado sus beneficios hasta un 14%. Si se cumplen los temores de los partidarios del “Índice del Pintalabios”, Estados Unidos estaría a las puertas de una nueva crisis. Y viendo el incremento de ventas de los cosméticos a nivel mundial, esta se extendería.
En realidad la teoría del pintalabios se basa en una explicación más lógica que psicológica, teniendo en cuenta que la moda refleja e incentiva el consumo, y que por ejemplo en Estados Unidos es precisamente el gasto de los consumidores el que sirve de combustible para la economía. Lauder explicaba su teoría porque pensaba que en momentos de estrechez económica la gente busca pequeños lujos accesibles. Además hay otros índices , “el del dobladillo”, según el cual cuanto más larga es la falda mayor es la crisis; “de la corbata” (más estrechas cuando mejor está la economía y colores sobrios en momento de crisis) o de los tacones: si son altos, malo.
Hace unos meses, antes de conocerse los últimos beneficios de Lauder, un estudio conjunto de varias universidades norteamericanas ( La Universidad Cristiana de Tejas, la Universidad de Minnesota, la Universidad de San Antonio-Tejas, y la Universidad Estatal de Arizona) publicaban un estudio que iba un paso más allá. Apuntaba que los productos de belleza se vendían más durante la crisis porque las mujeres incrementaban su atractivo para tener más posibilidades de atraer una pareja económicamente bien situada. Se apoyaban en su formulación, en el estudio de ventas de la casa L’Oreal. Aseveraciones que han levantado ampollas por sus consideraciones machistas y que inmediatamente han sido rebatidas por otro estudio de Kline & Company que demuestra que también en periodos de prosperidad han aumentado las ventas de perfumería-belleza.
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