En Florida, EEUU, un socorrista perdió su puesto laboral tras haber salvado la vida de una persona.
Tomás López fue víctima de las normas locales de la playa en cuyo
territorio se produjo el accidente. La playa donde trabajaba López se divide en
varias zonas de responsabilidad de los equipos de rescate. El hombre al que
salvó López estaba en el área de la responsabilidad de otro socorrista.
La compañía se vio obligada a despedirlo por la infracción de las
políticas corporativas. Otros dos socorristas se dieron de baja en protesta
contra la absurda decisión de la empresa.
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